Uruguay continúa consolidándose como uno de los mercados inmobiliarios más estables de la región. Tanto compradores locales como inversores internacionales buscan zonas con buena rentabilidad, crecimiento sostenido y proyección a largo plazo.
En este artículo del blog de Suárez Figari te contamos cuáles son los barrios con mayor valorización del país, qué factores impulsan su crecimiento y por qué Montevideo sigue liderando el mapa de oportunidades.
Montevideo: el corazón de la inversión
La capital no pierde su atractivo. A pesar de los vaivenes económicos regionales, sigue captando el interés gracias a su infraestructura consolidada, conectividad y demanda habitacional sostenida.
Palermo
Su mezcla de arquitectura clásica y renovación urbana lo convierte en un imán para jóvenes profesionales, estudiantes y familias. La cercanía a centros educativos y zonas culturales impulsa una rentabilidad interesante y una valorización constante.
La Blanqueada
Una zona que ha crecido con fuerza. Su ubicación estratégica y el acceso a servicios esenciales la transformaron en un polo de demanda para alquileres. La expansión comercial y la mejora en conectividad la proyectan como una apuesta inteligente.
Cordón
Ubicado en el eje central de la ciudad, combina vida urbana intensa con excelente acceso a transporte y servicios. Es uno de los barrios con mayor movimiento de alquileres, especialmente por su cercanía a universidades. Los retornos anuales en alquileres pueden superar el 6%.
Invertir más allá de la capital: ¿qué hay en el interior?
Ciudad de la Costa
En plena expansión, este corredor entre Montevideo y Canelones es cada vez más elegido para vivir. La inversión en infraestructura, la llegada de centros comerciales y el crecimiento demográfico lo posicionan como un nuevo foco para desarrollos residenciales.
Destinos costeros: Punta del Este, Piriápolis, Cabo Polonio
Más allá del turismo, estas zonas ofrecen oportunidades para quienes apuntan al alquiler temporario o buscan una segunda vivienda con valor en ascenso. La alta demanda en temporada y el perfil de los compradores elevan su atractivo como activos para renta o reventa futura.
¿Qué hace que una zona se valorice?
Ubicación y conectividad: La cercanía a avenidas principales, servicios y zonas verdes aumenta el atractivo de una propiedad.
Desarrollo urbano: Las mejoras en infraestructura —como pavimentación, luminaria o centros educativos— elevan el valor de las propiedades en la zona.
Demanda de alquiler: Zonas con alta rotación de inquilinos ofrecen mayor rentabilidad para quienes compran para arrendar.
Incentivos fiscales: Existen leyes que estimulan la inversión inmobiliaria, como beneficios impositivos para proyectos en determinadas áreas.
Nuevas tendencias que transforman el mercado
El auge del trabajo remoto cambió las prioridades de muchos compradores: hoy se valora más la calidad de vida, el acceso a espacios verdes y la menor congestión. Por eso, algunos barrios periféricos y ciudades cercanas están ganando protagonismo.
Además, el acceso al crédito hipotecario, junto al dinamismo del alquiler vacacional, abre nuevas posibilidades para diversificar las inversiones.
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